Fíjense ustedes que, cada tres años más o menos le escribo a esta mujer para en pocas líneas expresar, cuando menos -espero- admiración.  No le escribo a su belleza física, no sabría cómo luce, no lo revela y está bien -me defiendo.  Le escribo para saber de su arte -me sigo defendiendo.  Torpe escribiré en otros idiomas, los suyos.

Sí nos revela en dónde está, alguna vez nos alertó de actividades suyas, siempre muy dignas de mucho valor, persiguiendo su rollo.

No está perdido el tiempo ni vacíos los espacios, no es vano el pensamiento.  En el pasar de los años siempre hay una respuesta; ahora más grande ella -y cómo no iba a serlo, cómo no iba a serlo ella- ahora más grande, sigue respondiendo.

En unos años más he de visitar su ciudad.
¡Que temor me da su ciudad!
¡Que grande es!
¡Que magia!

En tres años más, recién llegado, escribiré, claro está.
Preguntaré, de plano, por el mejor café.

Atienda ella o no, en tres años más verá usted aquí esa postal.

Toma tu barco y huye, hombre feliz, a vela desplegada de cualquier forma de cultura. — Epicuro

 

A dos o tres personas he contado ya, la fantástica anécdota del personaje misterioso que recuerdo ya entre sombras, pero con especial ilusión.  Esa tarde me disponía a leer cerca del Tanque de la Unión, eran días de celebración en si mismos, la primera linea de la plana, una muestra, el trial version, el Barbuchin de la vida vaya.

No tan sumergido en la lectura y mas pendiente de las fotos que daban los peatones, veo acercarse a quien llamaremos para efectos de este breve relato del pasado: Anunciador.   Anunciador extendió su mano ofreciéndome un reloj y dijo:  Ha llegado el barco.

Nada más.

¿Y si era Epicuro hablándome a mí? Hablándome de frente, invitándome.  Me quedo con la poesía.  Con la más imposible de las conclusiones.

Uno se toma su tiempo para caer en cuenta acerca de estas cosas, ponerles nombre y apellido, revisar, abrir aquí, escudriñar.
Y ya, que llego el barco.

Con más de cien años de historia, el día de hoy la Huelga de Dolores no logra más que provocar pena ajena en la mayoría de casos.  Lo anterior para los más observadores.  Risas nerviosas y carcajadas para los más, diríamos, relajados.

Este año no tengo el más mínimo ánimo de ir a ver borrachos y caminar entre basura.  Probablemente sólo publique un facts about en el que ya trabajo.  También deseo publicar algo relacionado con la historia de Oliverio Castañeda, que ya sólo va dando para ver y hacer desfiles de nostalgia.

Como dicen los Volver:

no quiero oír quejas
quiero ver propuestas

Ya.

Tenía ratos de querer escuchar en directo a las Miss Lilith y hasta ahora tuve chance de hacerlo. Sólo llegué a tiempo para sacar el contraluz anterior. Me gustó más cuando se tiran a ¿metal? con sonidos más rápidos y pesados… bueno, bueno.

La Reina Está Muerta era otra banda formada en su mayoría por chavas con un mensaje bien chilero, no había escuchado algo así, lástima que ya murió.   Dejaron grabado algo que pueden bajar.

En válvula de escape encontré un link en la historia con SOS, medalla creo que se llamaba esa canción que inicia tambíen con la risa de el/la vocal, igual es otro rollo/género, ya sé, pero como dato curioso.

Adriana es inspiración y paz pura. Se contagia. Nos reunimos en La Universidad de San Carlos de Guatemala para tomar la fotografía y aprovechamos a caminar por la USAC, el recorrido por las facultades estuvo buenísimo :-)

Aprovechamos a comer un algodón de azúcar (cosa que personalmente no hacía desde hace años) de lo anterior no hay fotografía, prueba suficiente de lo alegre e interesante que estuvo la conversación.

Platicamos de la inseguridad en la que vivimos y cómo eso limita a mucha gente cada día.  De nuestros miedos, sueños, el tiempo y la forma tan particular que tenemos de recordar.

Ha sido la primera persona del grupo que me pide la cámara e invierte los papeles u_u xD …también descubrió la trampa metodología en las preguntas y el desarrollo de las mismas xD y conocí el lugar secreto de lectura, cerca de la biblioteca, en sus años de universidad.

Leonard Cohen en la introducción de Anthem hacía la siguiente reflexión: “Somos privilegiados al poder reunirnos en momentos así cuando el mundo esta lleno de tanta oscuridad y caos” hoy no me sentí muy distante de la idea anterior y la gratitud te invade de una forma distinta; no fue un día cualquiera.