Recientemente adquiría una serie de libros de poesía. Al mismo tiempo que los buscaba, mientras filtraba, movía aquí, movía allá, me preguntaba por qué exactamente estaba yo haciendo esto. Es que acaso, no vamos a odiar convertirnos en lo que ya soltamos; casi de inmediato me contesto: Imágenes.
La pregunta entonces fue: ¿puede ser una búsqueda, visual, si la imagen sucede solo para mí, es decir, solo en mi mente? Fijo que sí, todos tienen un Juan Pablo Castel diferente, un Sancho, -me respondo.
Pensé en esto nuevamente al escuchar la siguiente letra: “Wouldn’t it be nice If I could melt myself like ice?” Y estaba yo feliz, satisfecho, lleno de felicidad con la entrega de imágenes que sucedían en mi mente gracias a la bella melodía que abajo, con recelo, comparto.
Aquí va otra imagen que me impactó mucho recientemente, del Señor Tom Waits en After You Die:
Like a tin horn glowing /
Like a gin storm blowing /
[…]
What is it like? /
What is it like after we die?
Pero también en español, no crean; el siguiente texto de Elliette Ramírez en Hoguera Infinita me daba una imagen concreta y muy cercana, un recordatorio inmediato. Algún día escribo por qué:
Voy fijando
en el espacio
el centro
exacto de la nada
Termino de releer esto y pienso: bueno, esto es evidente.
Disculpen ustedes.
Fíjense ustedes que, cada tres años más o menos le escribo a esta mujer para en pocas líneas expresar, cuando menos -espero- admiración. No le escribo a su belleza física, no sabría cómo luce, no lo revela y está bien -me defiendo. Le escribo para saber de su arte -me sigo defendiendo. Torpe escribiré en otros idiomas, los suyos.
Sí nos revela en dónde está, alguna vez nos alertó de actividades suyas, siempre muy dignas de mucho valor, persiguiendo su rollo.
No está perdido el tiempo ni vacíos los espacios, no es vano el pensamiento. En el pasar de los años siempre hay una respuesta; ahora más grande ella -y cómo no iba a serlo, cómo no iba a serlo ella- ahora más grande, sigue respondiendo.
En unos años más he de visitar su ciudad.
¡Que temor me da su ciudad!
¡Que grande es!
¡Que magia!
En tres años más, recién llegado, escribiré, claro está.
Preguntaré, de plano, por el mejor café.
Atienda ella o no, en tres años más verá usted aquí esa postal.
Yo, que he visto las tinieblas y con auténtico temor de perderme en ellas, recopilo pequeñas perlas que voy metabolizando y compartiendo a continuación. Antes una breve introducción al tema: En Guatemala, solo he leído a un hombre declarararse, en múltiples oportunidades, feminista -deben de haber más, verdad muchá- y es Don Martín Rodríguez, de Nómada. Y eso, en el fondo de los fondos, me da mucha envidia, me da mucha curiosidad. Tengo muchas preguntas.
II
Cuál es el camino, oh Señor…
III
Tienen la palabra Malena Pichot y Holly Wood:
Todos somos machistas, es muy difícil. Yo me depilo, ya está. Estoy adentro del sistema. ¿Por qué? Porque hay un discurso que dice que los pelos tuyos en las bolas están bien pero los pelos míos en la concha están mal. – Malena Pichot @El Visionario
IV
Lena Dunham, que tanta felicidad y carcajadas hasta las lágrimas me ha dado, con su cine independiente, con su serie en HBO, con su libro. Ahora tiene un newsletter que nos envía cada tanto para espabilarnos un poco; espabílese.
V
Ahora que lo pienso y a pesar -y muy pesado- de ser un macho, siempre pero siempre, he escapado -con éxito, presumo- de los más machos. Parece una buena meta en la vida ¿no es cierto?: Alejarse siempre de los machos. Quién quita y puedo romantizar los escapes.
VI
Sepamos todos que hay varios tipos de machos, los primeros que yo conocí eran los violentos, apestaban a concentrados cigarros y añejadas cervezas. Los segundos, los más uniformados, los más circunspectos, los mejor planchados. Los hay terceros, disimulados, los más vomitivos, los que casi queremos pasar por no-machos.
Muchá, no soy feminista y probablemente jamás lo seré. Me ganó el contexto, soy un producto cultural, cada vez lo sé mejor y hace ratos lo decía para mis adentros, me disculpo con el multiverso, me latigo en pasados generales y en otros más bien específicos, costrosos.
También me perdono y busco reconciliación.
No es que conozca mucho del feminism pero cada vez quiero escuchar más y a veces menos, no se crean. Esto me lleva a buscar estas voces, regreso a ellas constantemente como quien rastrea ideas de apertura e igualdad. Más abajo les dejo esas recomendaciones, antes un cortometraje:
Ya no hay caballeros
Ahora que en la Ciudad de Guatemala tenemos muestras de un transporte público más o menos eficiente, con buses ecológicos, articulados, con un viejito simpático que nos cuenta secretos de la ciudad mientras llegamos a nuestro destino y toda la cosa -hablo del Transmetro- los usuarios tenemos una indicación clara para seguir: Deje salir antes de entrar. No hay excepciones en dicho letrero. Desde luego, el sentido común, que de común no tiene nada: estará ingresando una persona en silla de ruedas o sin ella y tantos casos más verdad ustedes; por supuesto, vamos a auxiiliarle, al que lo necesite pues. Aún así, sería conveniente dejar salir antes de asistirle.
Dejar salir antes de entrar a las unidades es lo más eficiente para todos.
Ya, adivinaron, salí antes y no dejé entrar primero a tres señoras. Tres señoras que disponían un ingreso apresurado y violento a la unidad ecológica, articulada, con el viejito simpático que nos cuenta secretos de la ciudad mientras llegamos a nuestro destino y toda la cosa.
Una de ellas, la más grande y entrañable, con la que tuve el encontronazo y titubeo al salir primero, sintió la necesidad de vocalizar con un dolor añejo, melancólico y apolillado: Ya no hay caballeros.
Las hay todavía, señoras en las calles de la ciudad, esperando a un caballero o la falta de este, para así anunciarlo con el dolor o la victoria del caso.
Si esta señora no fuera la misma que va corriendo de regreso a su casa para atender al marido, al hijo, yo sería un caballero. Si esta señora no fuera la misma que enseñará a su hija cómo servir a “los hombres de la casa”, a darles más comida porque los señores no pueden levantarse, ya ni hablemos de lavar el maldito plato, yo sería un caballero.
Parafraseando a Rose McGowan: dejen salir primero, tranquilamente, sigamos esa recomendación y yo sería su puto caballero. You wanna play, let’s go.
Feminist Fridays by Marina Shut Up
Me gusta cómo se expresa Marina, me gustan las ideas. Colabora con otros sitios y en general siempre hay referencias de actualidad.
Broadly
Vice recién nos presentó Broadly y ya es nuestro nuevo canal de Youtube favorito.
Stuff Mom Never Told You
Tengo ratos de conocer este canal, seguro es el más ligero en apariencia para empezar, el sentido del humor ayuda. Nos ayuda.
La mención honorífica es para Emy, su canal es variado: yoga, sexualidad, vegan, vida saludable.
Dios la bendiga.
La conclusión, ya quisiera yo una. Las conclusiones se escriben todo el tiempo. Solo hay que estar atentos.
Toma tu barco y huye, hombre feliz, a vela desplegada de cualquier forma de cultura. — Epicuro
A dos o tres personas he contado ya, la fantástica anécdota del personaje misterioso que recuerdo ya entre sombras, pero con especial ilusión. Esa tarde me disponía a leer cerca del Tanque de la Unión, eran días de celebración en si mismos, la primera linea de la plana, una muestra, el trial version, el Barbuchin de la vida vaya.
No tan sumergido en la lectura y mas pendiente de las fotos que daban los peatones, veo acercarse a quien llamaremos para efectos de este breve relato del pasado: Anunciador. Anunciador extendió su mano ofreciéndome un reloj y dijo: Ha llegado el barco.
Nada más.
¿Y si era Epicuro hablándome a mí? Hablándome de frente, invitándome. Me quedo con la poesía. Con la más imposible de las conclusiones.
Uno se toma su tiempo para caer en cuenta acerca de estas cosas, ponerles nombre y apellido, revisar, abrir aquí, escudriñar.
Y ya, que llego el barco.
Un artículo relacionado: Carta a Bernabé. Uno de los periodístas que sigo de cerca en el medio guatemalteco se dirige a Barrondo, medallista olímpico nacional.
Tenía mucho entusiasmo por realizar esta pequeña serie de entradas acerca del tema. Me gustó detenerme, hacer algunas observaciones, ver un par de cosas que de otra forma, no voy a ver.
Mientras tanto, reunir aquí las publicaciones en Guatemala Daily Photo. Quizá no terminan:
Llevo media hora trabajando en un café con un espacio muy c00l, lo utilizan muchos trabajadores, independientes o no: La mayoría llegará con su laptop y audífonos, se aislarán del mundo, pedirán su café, serán productivos y desaparecerán luego de unas horas.
El peor de los casos lo estoy padeciendo ahora mismo. Dos jóvenes de mediana edad no dejan de mover la mesa. Gritan, se ríen, se mueven > me mueven. Son molestos.
Me gusta pensar que soy considerado cuando me toca estar del otro lado de la mesa.
Trabajadores independientes del mundo, por favor sean considerados si están del otro lado de la mesa.
Por cierto, quisiera hacer algo como esto: http://muralles.net/blog/2012/07/25/welcome-to-the-future-of-work/